jueves, 28 de abril de 2011

Breakfast at Tiffany's: 1958 / 1961

Hoy descubrí que Desayuno en Tiffany's es otra película (de las tantas) que ha cometido aquel terrible crimen: asesinar a un libro. Confieso no haberlo terminado aún, pero no creo que demore mucho más en recorrer sus sencillas (pero agradables) noventa y tres páginas en el formato típico de la editorial -la de siempre- DeBolsillo. Es cierto que la película tiene sus logros -aunque no pretendo agotarlos, pues mis opiniones en esta materia tienen sus grandes oponentes- pero mutila una historia casual, realista, creíble, pero no por eso menos genial y encantadora del gran Capote. En realidad lo que rescato no son más que superficialidades hollywoodenses, como a quien encarnara el papel protagónico de la atractiva Holiday Golihgtly, esta chica de apenas 18 años que disfrutaba de la vida a su manera. Y es que logré encontrar (descubrimientos que siempre complacen mi alma) a una nueva musa para la carpeta Famous de mi -algo extensa- carpeta de gente sicopateada. No, no se trata de amores platónicos; ese es un concepto al que no le doy otro significado que el que le diera Platón a quien fuera el alma gemela respecto de otra; no, se trata -simplemente- de un nuevo rostro estetísimo (si es que me permiten inventar el superlativo), admirado por mí, retratista novato. Fuera de eso, lo lamento, señores: su adaptación libertina de la obra no podrá llenar las expectativas de quienes también leen sus libros. Para los demás, seguirá siendo otro clásico romántico, otro cliché del cine estadounidense de los sesenta, si me permiten decirlo -y aunque no me lo permitan. Quizá (siempre lo he creído) sea tan sólo un problema de época: las películas rápidas versus las lentas, los temas idealistas y románticos (en su concepto más originario) por sobre la modernidad. Es cierto. Es por eso que no me atrevo a echar del todo por tierra a una película como esta, que la historia ha validado y galardonado; pero sí, debo decir una vez más, la pantalla grande ha empobrecido a la letra chica. 


3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

pero gracias a la película tiene esa linda portada
=*

ah, y moon river.

28 de abril de 2011, 19:49  
Blogger Mayachihiro ha dicho...

sí es un cliché del cine estadounidense de los sesenta, pero audrey hepburn siempre es admirada y llama mucho la atención de mi vista :) y admiro las jollas de tiffany's y sueño con decorarme con ello, pero tampoco me gustó la pelicula :P
y síí es mejor disfrutar del libro y muchas peliculas deterioran la obra es verdad es verdad
un besoo

28 de abril de 2011, 20:33  
Blogger Pájaro Verde ha dicho...

Deberías ver La insoportable levedad del ser, es como para cortarse un coco y pegárselo en la frente... imagínate ese libro sin un voz en off: así es la película, los personajes quedan desprovistos de toda justificación, toda su psique se reduce a un solo adjetivo: libertino, ninfómana, celosa; y la trama se empobrece.

Peeeeero, toy leyendo ahora La Broma de Kundera =) , y me ha gustado harto.

nos vemos Velasquez

29 de abril de 2011, 11:50  

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