lunes, 27 de diciembre de 2021

Cuando muera

Cuando muera no quiero que me pongan terno. Ni ambo. Ni traje alguno. No quiero que me acomoden los brazos que no se verán ni los que sí. No quiero que usen ropa para eso. En vez, quiero que me entierren desnudo; que donen mis órganos si es posible, que no se aferren a lo que queda, sino que recuerden (si alguien queda) lo que ya no está.

Cuando muera no quiero fallecer, ni fenecer, ni expirar. No quiero 'se nos fue' ni partir; no quiero estar descansando ni hasta prontos que evoquen mi personalidad. En vez, quiero fundirme; sin volver nunca a ser yo.

lunes, 12 de agosto de 2019

Hay un grillo en mi pieza, lleva días cantando desde distintos lugares; espero que un día encuentre la salida.

martes, 12 de septiembre de 2017

No quiero que se vaya esta sensación, como de tarde contenta en la enseñanza media en que los atardeceres me hacían compañía y caminaba junto a la última luz. En que mi casa respiraba, con vida propia, exhalando una energía propia. En que la magia podía ser real y lo era, y no había sinónimos de angustias, ni de iras, sólo de reflexiones más o menos profundas que revitalizaban mi ser a diario o a la distancia. Hace tiempo que no sentía así. Hace tiempo que no disfrutaba un ratito primaveral como si fuera lo más lindo del mundo. Hace tiempo no amaba como los adolescentes que, dubitativos e inmaduros, sienten la belleza más pura. Hace tiempo no veía retirarse al pesimismo con tanta determinación. Hace tiempo no amaba al mundo, no veía lo bueno, no creía que la vida deparase cosas buenas. Han sido meses difíciles. Como esos en que oraba sin obtener respuestas. Hasta que de pronto...
No sé qué me gusta en esta nueva etapa. ¿Seré una persona nueva?¿O seré el de siempre? No puedo ser nuevo del todo. Crecimos con las experiencias que tuvimos y somos la consecuencia de ellas más un sinnúmero de x factores. Entre estos puede estar la magia, el destino, las ideas, la realización o el sentir que llama a la realización, aunque estuviera dormida por diez años. No es matemática, es humanidad. Y la humanidad conjuga espiritualidad, dones, amor. Así que soy el de siempre, pero también una persona nueva. Porque la redención existe. Porque yo existo y soy sujeto, no objeto, no personaje secundario, no...
Gracias. Te amo, mundo.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Quería hacer una prueba.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Estos días me hice consciente de mis altísimos niveles de ansiedad. Ansiedad de dormir y de trabajar, ansiedad al leer, al jugar, al masturbarme, al ver a una u otra persona, al ir a un carrete, al iniciar relaciones, como un rasgo siempre presente, inevitable, la preocupación constante sobre la preocupación pasada, presente y futura; el no saber qué hacer, adónde ir, a quién querer, cómo hacerlo, cuánto, de qué manera (sí, de nuevo), en qué condiciones, hasta cuándo, por qué. El miedo a las multitudes, a la falta de temas, de identidad, al vacío, a sentirse ajeno, a no saber decir no ni sí; a los hombres y las mujeres, a estar solo, a estar acompañado, a tener sexo y no tenerlo, a los amigos y a los no tanto, a querer ser alguien y no ser, a ser un desastre, arruinarlo todo y querer partir de nuevo cuando ya no queda nadie, cuando duele la guata, cuando quedó una cagá que no se puede arreglar.

jueves, 6 de julio de 2017

Tengo ganas de escribir. De hacer un nuevo blog incluso, pero no se me ocurre. Los tumblr no pecan de rimbombantes en cuanto a la simplicidad con que se crean-suben las entradas o es más bien la histórica costumbre ostentosa, alargada y profunda (de profundidades pretenciosas maybe) con que he visto ser a blogger. En fin. Estoy aquí, cuestionándome como cada día lo pequeño que no es insignificante. Preguntándome sobre qué pasaría si la besara de nuevo, qué sentí, qué sintió, que ojalá no piense de más o de menos. Pero al verle la cara nuevamente pareciera que soy yo: son mis dudas y mis obsesiones, como si necesitara una atención que ya nadie está dispuesto a darme y por eso sufriera. Eso es. Mi alma lo confirma. Y qué hacer para no necesitarlo, o para obtenerlo sin falsearse.
Todo esto se construye u ocurre mientras mi alma busca su espacio, busca encantarse de nuevo. De hecho, creo que es fácil explicar lo de los videojuegos (pasión exacerbada, nunca satisfecha y que nunca produce tampoco el estado de placer que promete). Es una búsqueda que cree ser segura: buscar donde antes encontraba, pero sin encontrar. Buscar a tal o cual persona, sin el resultado de antaño, porque ya nada produce el resultado deseado. Se requiere una búsqueda nueva, pero quizás, también, equilibrar los escenarios ¿o al buscador? Sin arte no hay posibilidad de recuperar el equilibrio perdido. Que así sea.

miércoles, 4 de enero de 2017

No todavía.