lunes, 28 de febrero de 2011

De los sabios y (nosotros) los demás

Ya que tiendo a sentirme solo (de solitario) en la blogósfera, quisiera subir una respuesta en entrada (o cadena o tira de mensaje) a mi queridísima compañera bloggera (o bloguera, para no perder la costumbre españolísima) de la mismísima Argentina: Marisa Ditt (sí, Marisa). Cuestión que también podría calificarse de falta de originalidad, inspiración, creatividad, o simplemente de plagio (que, entreparéntesis como ya notó, según ¡Usted no lo diga! no indica la idea de copia sino de otras cosas, que ya no recuerdo, pero el lenguaje evoluciona, la calle acepta nuevas acepciones, la RAE también y blablablablá). En fin, comentaba ¡Ay! me duele el intelecto (o respondía o algo así). Recordé que hace poco (y lamento no hablar de grandes sicoanalistas aquí) mi hermana se enfrentaba con una serie de sabiondos sujetos, que trabajaban en una librería. ¿Tienen el primer tomo de la Torre Oscura?¿El Pistolero?. Se llama el nacimiento del pistolero, es un cómic. No, se llama 'El Pistolero', es una novela. No, es un cómic... En fin, quizá se lo pasen leyendo en la librería, quizá dichos libros estén prohibidos y nosotros sin darnos cuenta. Y ¿dónde tienen libros de ciencia ficción?¿no creo que los tengan en ese rinconcito junto a fantasía?. Sí, ahí. Esas cosas sólo pasan en librerías de dos pisos, plantadas en la capital. ¡Que haya que leer best sellers para pillar el libro buscado! Porque de eso sí hay en abundancia, a pesar de que en 10 años, ¡qué 10! ¡en un año más! ya nadie los recuerde.
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Acabo de pensar que quizá si escribiera más espaciado más gente leería mis entradas y mi soledad (que a veces se vuelve crónica) desaparecería paulatinamente del ciberespacio (ámbito artificial creado por medios informáticos o, terrenos en donde el más popular sobrevive y el resto ve series ñoñas).
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(Superado el párrafo anterior, y tras otro salto). Cómo no recordar a esos queridísimos compañeros que se esfuerzan en aprender hojas y hojas (y más hojas) de memoria, sin comprender ni un ápice de lo memorizado. Cómo olvidar también a las pobres señoras católicas españolas que escribían cartas de reclamo a un predicador que leía la Biblia y la enseñaba (exhortando a todos a leerla por su cuenta), señalando Yo no leo la palabra del Señor, porque no la entiendo; así es que dejo que los curas y otras autoridades la interpreten y me la enseñen... Cuestión que no está lejos de nuestra realidad, de nuestras iglesias, en que la palabra de quien sea que está adelante es la máxima autoridad (y no el Libro Sagrado como dicen a todo el mundo)... En fin. Más cerca tengo a mis compañeros... próximas las clases y por primera vez no quiero desprenderme de este verano por las cuadradas mentes  con las que debo lidiar nuevamente.
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Nada podemos hacer. El intelecto es suyo (tuyo/mío/dellos). Igual que los ojos sirven para leer y las manos para pintar, tocar el piano, construir. Ahí verán ustedes/ellos si le dan algún uso... 

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

He sido vuestra musa? Oh! semejante honor!
Me gustó tu texto. Cuándo será el día en que pidamos una biblia en una librería y nos respondan "no, eso no está de moda"

Seamos ñoños Paulo, ñoños al poder!!!
Beso!!

28 de febrero de 2011, 13:07  
Blogger velita ha dicho...

oh, gracias!
me costó tanto decidirme a subirlo
=)

28 de febrero de 2011, 15:15  
Blogger Pina ha dicho...

sí p(e)

lo más que lo hayas publicado, in the end
:)

28 de febrero de 2011, 15:47  

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