sábado, 22 de mayo de 2010

Es que a veces extraño tanto. Y aparecen esas viejas nuevas ganas de sacarlo todo en lágrimas y pareciera que ya he pasado por esto otras varias muchas veces. Soy hipersensible, me dijeron. Confieso que a veces me acuesto temprano para llorar en mi habitación, protegido de los malos que la rondan, en esos días que no es que no me enorgullezca de mis lágrimas, sino que no quiero que sean compartidas con seres no adecuados, y los adecuados viajan ya por tierras lejanas, aunque no desconocidas. A veces vuelvo a sentir penas superadas. A veces vuelvo a dudar de lo que ya he dudado. Pero siento que está bien. Que reafirmo pequeñas cosas importantes... y al final siempre vuelvo a sonreír. Espero que también sonría el paraíso.


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2 comentarios:

Blogger Alexandra ha dicho...

Yo quiero aprender a llorar asi.

22 de mayo de 2010, 22:08  
Blogger verde agua ha dicho...

lo genial de leerte ahora es que puedo imaginar los gestos del vela diciendo esas palabras y hasta las entonaciones del vela diciendo esas palabras. Es más cabal mi lectura ahora vez : )

9 de junio de 2010, 23:41  

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