Las palabrotas y el furgón
Esperaba en la esquina de Aníbal Pinto y Eugenio Campos a que el furgón partiera. No se trataba aún de aquellos tiempos de estacionamientos sofisticados en el patio. La puerta corrediza aún estaba abierta; la tía había ido a buscar a alguien más. Miraba hacia afuera, por la puerta abierta. De pronto pasó una joven. La quedé mirando. Qué mirai, mierda - dijo. Pregunté a la Daniela, la niña más grande del furgón: ¿Qué es mierda? Pero no me respondió. Se limitó a mirarme enojada y al regresar la tía, le dijo: el Paulo está diciendo groserías. Yo me asusté, al parecer había hecho algo horrible.
Etiquetas: Vivencias previas a una muerte anunciada
3 comentarios:
Me gusta leer esas historias, aunque ya las he escuchado =)
Pero: ese fondo!
=P
=*
buena suerte en el examen de mañana, vecino
yo sé que te vas a sacar un 110 :D qué te vaiga bien!
la raja jajaja. me paso algo parecido cuando pendejo pero no con un final tan genial.
Pancho B.-
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio