sábado, 5 de noviembre de 2011

Fuck

El año casi termina. En realidad queda mucho aún, pero es aparentemente poco, y se nos pasan mil cosas frente a nuestros ojos, porque para eso quién necesita estar muerto. Aunque sí, algunos mueren y otros les rinden honores porque la vida es una lucha, y constante, y vendiendo cervezas. Y la razón se nubla, y viajamos, de aquí para allá, surcando cielos, volando mares; allá, donde la lógica apremia y el bueno de Kant tiene algo para contarnos. Volamos hacia el dios que está en los cielos santificado sea tu nombre, vénganos tu reino, sea hecha tu voluntad, allá en los pasillos y donde las sirenas del mar. Porque para eso hemos venido, para que otros vengan a leer nuestras palabras y te torturen al no encontrar un doble sentido místico. Somos muy pobres, pobres bastardos destinados, predestinados, serviles, útiles a quienes manejan el orden y el caos. Sos una mierda, hijo de puta. Jódete. Riete. Muérete. Les confieso mi amor ahora, el que no publiqué en facebook y comenté de broma. Era real. Me muero. No quiero irme sin que lo sepa mi antiguo blog, mi compañera red, que baila y canta, revolucionaria. Y escribo. Escribo porque si no, muero; porque las aguas se mueven borrascosas mientras los cielos cantan la gloria de sus manos. O no era así. O quizá sí. Las personas pueden aventurarse a la mierda. El mundo sería un lugar mejor sin personas.