miércoles, 30 de marzo de 2011

De la falta de sueño y sus acotadas consecuencias

Hoy fui conciente de dos responsabilidades que tengo en relación con el sueño: 1. Acostarme temprano. 2. Levantarme temprano. Pero este orden cronológico no es el estrictamente lógico, ya que es el segundo deber el que surge primero, como un imperativo de la carga académica: y es que debo levantarme temprano para ir a clases. Este segundo deber (que, como dije, en realidad es primero) determina la existencia del primero (que es realmente el segundo): acostarme temprano para dormir bien. En este orden de cosas, por no acostarme temprano (y, en consecuencia, no dormir bien) no puedo, fundado en el incumplimiento de esta segunda responsabilidad (que expuse primero, pero expliqué ser segunda), dejar de cumplir también la primera (levantarme temprano para ir a clases) con el propósito de lograr el fin de aquella (la segunda, dormir bien). De tal manera que la próxima vez que incurra en alguna de estas irresponsabilidades (normalmente será la primera cronológica, segunda lógica) no la aduciré como excusa para incurrir también en la segunda.

domingo, 27 de marzo de 2011

Everybody's Gotta Learn Sometime


Etiquetas:

miércoles, 16 de marzo de 2011

Sigur Ros - Untitled 3

Etiquetas:

Oe oe

¡Pero nada de fatalismos oe!

Dejo de creer

Ya no sé si mis proyectos lleguen a buen puerto, comienzo a dejar de creer en todo, en todos, en esto; cada vez menos cosas tienen sentido y yo aquí, escribiendo un montón de mierda que no le sirve a nadie, ni lee nadie, ni dice nada sobre mí (bueno, sí dice), pero cada vez más pienso que a nadie le importa en verdad. Nadie quiere conocer los procesos, ni los fondos de los asuntos, sino sólo el maldito resultado. Que sea un buen texto, que sea un joven simpático; el resto da exactamente igual. Encima nadie entiende mis bromas, ni mi absurdo, ni mis ganas de estar solo dos tercios del tiempo, ni mis principios. Y para qué entender, mientras nos riamos juntos y brindemos. Ese es el punto. Ahí es donde debemos. O donde deben/debo, quéséyo de nuevo. Y ya no sé qué hacer con los bloqueos, supongo que sí debo terminar cada cosa que debo terminar, para que nada retrase el resto, y escribir en mis hojas, las de las libretas y en mis hojas de roneo. Y dormir, sí, por supuesto. Cada vez menos cosas tienen sentido y suspiramos resignados ante un mundo que no entiende ni quiere entender. A la mierda con ese mundo. A la mierda con este blog. Nadie se desnuda y sigue siendo nada. Las apariencias no están en la ropa, ni en la metáfora de la ropa, es una carga insuprimible, un espejismo de ventanas de messenger y perfiles de facebook y palabras fingidas y nadas mases. Recuerdo mi frase cliché de hace unos años, te amo mundo... Hay cosas que cambian y hay cosas que no cambian. Lo que, por cierto, no significa nada. Igual que este adiós.

domingo, 13 de marzo de 2011

A veces no puedo vivir conmigo

En realidad no puedo escribir en cuadernos croquis la materia de la universidad. Son libretas, son primas hermanas de las libretas mágicas y no puedo prostituírlas. Además, me compré tres. ¿¡Por qué tres!? Si sólo quería dos. Y la pantalla en mi habitación. No duró ni veinticuatro horas porque me miraba y me miraba y me perturbaba. Aunque quizá todo esto no se trate ni de los croquis mágicos ni de las pantallas que miran, sino sólo de las cosas que hay que hacer, que son las mismas que no he hecho. Que son las mismas que se amontonan y más ahora que no hay cuadernos, porque no compré y sólo compré esos croquis y ya decidí que ahí no puedo escribir la materia de la universidad porque son primas hermanas de las libretas mágicas y no puedo prostituírlas. Además... A veces no puedo vivir conmigo.

viernes, 11 de marzo de 2011

Advertencia

Según recientes estudios quienes observan con frecuencia fotografías de hipopótamos pueden perder la vista. El fenómeno se debe a una reacción del nervio óptico producida por la particular forma en que la piel del mamífero absorve la luz, fenómeno que incluso (aunque en menor medida) es posible fotografiar, aún cuando sea imposible constatar el daño directamente. Esto se produce a su vez por un péptido que recubre la epidermis de la especie, lo que provoca que la luz reflejada en su piel sea tan dañina como la luz emitida por el mismo sol.

Imagen no dañina

Etiquetas:

martes, 8 de marzo de 2011

Tiempo de Calidad

Es que a veces siento que no estoy con ustedes, sino con sus angustias y sus estreses. Y déjenme decirles algo: los detesto. Yo quiero compartir mi vida con quienes quiero. Es cierto que nuestra vida o más bien, gran parte de nuestro tiempo lo usamos en aquello que estresa, pero es tiempo. No son sus almas, ni sus sentimientos, ni forma parte de ustedes. Creo que si  lo fuera, no querría estar con ustedes. Yo sí quiero estar con ustedes. Y quiero seguir queriendo estar con ustedes.

sábado, 5 de marzo de 2011

Mañana

Mañana comienza mi último año de carrera (que en realidad no es mañana, pero hoy me dieron ganas de escribirlo; y en realidad no es el último, porque el examen de grado y la práctica... pero eso es otro cuento). La cosa es que comienza pronto el último año en que vaya a la universidad a tener clases. No suelo comentar cosas tan concretas (o al menos no de forma tan no-abstracta) en esta plataforma, sin embargo siento que comenzará algo grande, algo bello, algo maravilloso y quiero dejar plasmadas estas impresiones, y quiero seguir sintiéndolas durante el año y decir al fin que tenía razón. Porque este año tendré menos ramos, porque este año escribiré una tesis, porque este año llego con nuevas fuerzas y nuevas moralejas del verano, y no sólo del verano, sino de los últimos 4 ó 5 años de mi vida, que son los que me han traído hasta aquí, y me tienen esperanzado, mirando al pasado, pero avanzando con decisión. Les dejo un abrazo y los mejores deseos para todos, y les dejo una imagen sencilla: se rema hacia adelante, mirando para atrás.

viernes, 4 de marzo de 2011

Y escribe otra vez sobre
lo sentimental y sin mirar
teclado ni pantalla en un mundo
ateo, en un mundo blanco y en
un mundo negro
que se escribe sin
comas por llegar cada uno
rápidamente a su
puesto de sillitas
músicas y en que
las personas corren y
proclaman de viva
voz que el infierno está
cerca, pero aún existe
la oportunidad y las
buenas nuevas por
tratarse de lo nimio y
lo sincero, de lo grande
y de lo excelso,
porque lo que es arriba es
abajo decía el refrán
trismegisto de la
cuenta larga y la
corta de que hablaban
los gringos con sus
exponentes reducidos a
cuanta cosa, mientras
otros escriben y
lloran con sus páginas
de antaño en los cuentos
de las señoritas que
desposan hombres
que desposan señoritas,
y el señor que en el camino
grita y salta al vacío,
sin gritar auxilio,
sin pedir ayuda, que 
se encuentra a sí
mismo, en que todo
tiene solución menos
el hecho de haber
saltado a las cuatro y
treinta, siendo las
cuatro treinta y
uno, pero cae y ríe,
ríe de improviso
sobre la señora
de las palabras que
hacía una fila
colgada de un árbol
mientras lo trepaba, y
subía y subía quizás
cuánto rato,
quizás con ese,
ese con ce, por
las letras muertas y las
apagadas, las que no se
escribieron por esperar
un tiempo y sonreír de
nuevo, al amanecer de
las horas que se
marchitan de pronto sobre
un teclado arrogante y lleno
de polvo, que comenta
el destino y los cuatro vientos
y los ríos todos, en
su caída libre, en
su tenor sin tamo, en
su tamo sin viento,
de bueyes olvidados,
de sombrero con cinta,
de salud embustera,
de cenizas coladas,
de razón sin penas

Etiquetas:

martes, 1 de marzo de 2011

Oigo un montón de voces

Algunas son risueñas y brillan por su alegría entre la multitud. Otras reclaman con pena uno o dos corazoncitos, llorando por una triste distancia, buscando la forma de unirse de nuevo en un canto conjunto, en una alabanza colectiva a la divinidad, que ensalce su nombre y eleve nuestras propias almas. Desconozco ya el poder de los ritos de antaño. Amo. Pero extraño  sus trazos ininteligibles. Extraño a la bondadosa alma que me diera su mano. No tengo ganas de empezar de nuevo, sólo quiero una oportunidad sin juzgamientos; sólo quiero una hoja en blanco, una pluma y un tintero; y que nadie espere de estos trazos. Ni de aquellos.