Etiquetas: Sinetiquetar
lunes, 28 de junio de 2010
El tiempo y el tiempo: siempre el maldito tiempo.
miércoles, 23 de junio de 2010
sábado, 19 de junio de 2010
Guardando ideas (2)
Se trata nuevamente de las histerias y las dudas. De los temblores que replican y los zumbidos de moscos en medio de las largas noches. De la lluvia, la lluvia y las especias, las especias y las hojas que se rinden ante el majestuoso otoño que se vuelve invernal. De las íes, de las ansias, de las respuestas que no llegan y los dolores que aún no se sufren. De sillones, televisores; de mundiales que convocan a todos, pero en que pocos quedan contentos. De las gentes que se ríen sin motivo, del absurdo, de las flores; de las ánimas que se pasean de noche, que huyen del averno, nauseabundas, en busca de una oportunidad que ya tuvieron. De las noches, las noches y los martillos, del rap y de presidentes varios, suspicaces, ignorantes, maldadosos, inconcientes. De la verdad. De los ritos de medianoche. De las estrellas de antaño, de murciélagos en tejados y los riscos.
Sí. Aún no sé qué escribir.
Etiquetas: Guardando Ideas
domingo, 13 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
En esto no concuerdo
Denante pensé en extensiones (de pelo) y decidí que no me gustaban. Que es de gente impaciente que no puede cuidar su pelo hasta que esté largo sino que lo quiere largo ahora artificialmente... además, cómo puedes disfrutar tu pelo si... NO ES TUYO!?
Etiquetas: Sinetiquetar
viernes, 11 de junio de 2010
Rima XXIII
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso…¡yo no sé
qué te diera por un beso!
por una sonrisa, un cielo;
por un beso…¡yo no sé
qué te diera por un beso!
Rimas, leyendas y narraciones
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer
Etiquetas: Citas
jueves, 10 de junio de 2010
Ayer
Y escuchaba un sueño en que la paz brillaba, en que la dicha envolvía a una hermosa humanidad. Y yo que corría alegre por un campo verde, sintiendo el viento en el rostro y sintiendo el aroma de las bellas flores que danzaban con la brisa del juvenil día, que bailaban con encanto ante la multitud colmada de felicidad y comenzó a llover y las ranas salieron de los estanques continuos y el sol ya no estaba y yo tropecé y rodé cuesta abajo hasta encontrarme al borde de un abismo en que las horas y los días corrían interminablemente y las aves caían desde el cielo como meteoros encolerizados por la tosquedad del paisaje. Entonces me levanté asustado. Busqué el camino a casa, pero habíanse perdido las hojas y las ramas dulces de antaño. Y corrí, corrí desesperado, buscando algo conocido en ese perdido escenario en que mi alma también se perdía y agonizaba sin placer culpable, sino en trizas y quebrada. Buscaba el paraíso en cada flor marchita y en cada hoja solitaria, pero no encontraba nada. Sí incomodidad, sí soledad, sí hambruna. Así que caminé una vez más sin rumbo, bajo la lluvia otoñal, con los pies mojados. Una voz me habló. Me cayeron lágrimas. Esa voz me lo explicó todo. Ya no era el mismo. Ya estaba en casa.
Etiquetas: Sinetiquetar
jueves, 3 de junio de 2010
miércoles, 2 de junio de 2010
Y resulta ser que así, a veces las cosas más terribles resultan tener finalmente sentido. No es que haya vivido varias de estas en los últimos parajes conocidos, es que a veces a uno le quitan la silla, cuando uno ya se acostumbraba a ella. Pero es bueno. La silla no podía durar para siempre. Había que probar otras sensaciones, tirarse al suelo un rato, para levantarse de nuevo; para conocer un lugarcillo en que estuviera de veras cómodo. Ese lugar no es la antigua banca, y lo más maravilloso, es que uno no sabe cuál va a ser. Así que, no sé; y me agrada. Quizás sea un ternudo abogado, y ¡qué diablos!, quizás no.
Etiquetas: Sinetiquetar