Lista interminable (y quizá en orden) de Películas que ver:

The Godfather (1972)

Shutter Island (2010)
Gangs of New York (2002)

The Nightmare Before Christmas (1993)

The Dark Knight (2008)

El secreto de sus ojos (2009)

Irreversible (2002)

Citizen Kane (1941)

The Graduate (1967)

Burn After Reading (2008)

All the Presidents Men (1976)

Dom za vesanje (1988)

Hombre Mirando al Sudeste (1986) 

Apocalypse Now (1979)

Clue (1985)

Dogma (1999)

The Animatrix (2003)
The Great Dictator (1940)

The Shawshank Redemption (1994)

Philadelphia (1993)

Ed Wood (1994)

Nuovo Cinema Paradiso (1988) (la versión del director)
Pride and Prejudice (2005)

Bella Martha (2000)

The Reader (2008)

The Hours (2002)

Lola rennt (1998)

Constantine (2005)

A Streetcar Named Desire (1951)

Intolerance – Love’s Struggle Through the Ages (1916)

De los perfiles y otros clasicismos

Los perfiles debieran preguntar algo así como música clásica favorita (para significar no clasicismo en sentido técnico, sino así como sale en la RAE en la sexta acepción de la palabra clásica yquéweá) y allí escribiría otra de mis interminables listas (que en realidad sí terminan, pero yo nunca sé cuándo; además de que seguirán, espero, creciendo hasta el fin de los míos días). Lo cierto es que con dicha expresión hablamos de varios periodos (barroco, clásico, romántico, moderno, contemporáneo, ... ) que no diferencio con naturalidad (¡HEREJÍA!) así que me limito a la acepción que en España hicieron para mí. No pretendo hacerme el culto con esto, porque creo que no conozco NADA de la esta música que admiro y/o digo admirar, sólo sé que todo es culpa de mi padre, que aún contra mi voluntad me hizo escuchar tantas veces tantas cosas y se sintió en la gloria cuando tuve que aprender a reconocer temas para las clases de música y él las tenía todas en su pequeña e improvisada colección, y hasta interrumpió una de mis pocas juntas con compañeros en mi casa, para hacernos escuchar el tema del tiempo, Andante del K467. 

Siento que he escrito mucho sin sentido (o con demasiado sentido y por eso me parece algo ajeno a mi blog), pero así no más es la cosa. Así que: música 'clásica' favorita: de Mozart, Réquiem K. 626, Lacrymosa; de Franz Liszt, Rapsodia húngara n.º 2; de Camille Saint-Saëns, Danse Macabre y Le carnaval des animaux; de Claude Debussy, el Claro de Luna de la Suite bergamasque; de Bethoven, la Sonata para piano n.º 14; de György Ligeti, su Música Ricercata; de Chopin, el Nocturno Op. 9 n.º 2; de Tschaikowsky, el Vals de las Flores; de Rimski-Kórsakov, el Vuelo del moscardón; de Bach...

En realidad soy bien obvio. Vivan los convencionalismos clásicos.

Camille Saint-Saëns - Danse Macabre (violín + piano)

 

Lo siento, me obsesioné.

Tras un fin de semana solo en casa

Creo que tuve ganas de seguir conversando con ella; de conversar en forma interminable, en esa eternidad que se perpetúa por los siglos de los siglos o per secula seculorum o quéséyo: de la forma en que el tiempo deja de parecer importante y los colores alcanzan existencia propia independiente de las cosas que pintan y las formas se vuelven trazos en el aire que merodea en la habitación y que rayan desnudos el mediodía de un momento sin padres, de un momento sin prisa, de un lugar paradisíaco por contener esa paz que no se encuentra en ninguna otra parte, ni en ninguna otra gente, ni en las brisas del mar ni en un loco atardecer. Y es por ti se me viene a la mente tras atardecer: no debí haber escuchado cierta música en cierto periodo de mi vida. Cada vez que me bajo de la micro en medio de la oscuridad y cruzo estas peligrosas calles que te asustaban, cada vez que camino entre camiones estacionados sobre el barro, cada vez que camino a mi casa desde el paradero más lejano porque me gusta esa caminata y no la desde el más cercano porque tengo que retroceder, cada vez que piso ese mismo barro mis pensamientos se aclaran, y me doy cuenta de lo que me es verdaderamente importante. Hoy se trataba de gente. Hoy eras tú. Hoy no estaba listo para empezar de nuevo. Dudo que lo esté pronto.

Lunes 26 de julio, 2010.

Camille Saint-Saëns - Danse Macabre

 

Never Forget You

Lo prometo.

Fugaz

No sé si este poema es el que tú necesitas,
si sus sonidos dicen más que sus silencios.

Tómalos como abrigo de lana, como plato caliente.
Si no en ti, en alguna parte de ti habrán de sonar,
aunque yo no sepa guiarlos.
¿Quién puede, con palabras, guiar una voz
cuando el decir y el sonar no son idénticos?

Ahora pienso en ti. Es bondadoso este evocar
venido con el frío como el mejor regalo.
¿Pensarás tú en mí? ¿En qué porción
del espacio se unirán los recuerdos?

Debe de existir algo sagrado
si este pensar te trae y me lleva.
Un dios manchado con mi misma carne,
respirando con tu mismo aliento.

Nada es firme, ya sé, los vientos pasan
trayendo vientos de otras tierras.
También este viento con pájaros
que me estrecha contigo como si tuviera miedo.

Miedo a nombrar y romper estos días,
miedo de que te canses y vayas de pronto,
miedo a no saber despedirme
y a carecer de antídoto contra el miedo.

Ya he dicho demasiadas veces adiós
y todas esas veces he muerto un poco.
No me digas adiós, quédate siempre,
y no tendrá dominio la muerte.

En la hora suprema sabremos por fin
lo que el tiempo ha hecho de nosotros.

 Juan Ramón Mansilla

 

Y quizá vuelva por estos lares a escribir pronto.
Ahora quiero lápiz y papel.